Fue en 1837 cuando se realizó la primera operación de venta de vino de la Familia Andrada-Vanderwilde en el Marco de Jerez. Sin embargo, no fue hasta el año 1.972 cuando la familia se decidió a montar su propia bodega en Jerez de la Frontera. En el año 2.000 la bodega fue adquirida por Jan Pettersen, profesional del Grupo Osborne.
La filosofía de la empresa desde el inicio ha sido producir brandies y vinos de Jerez de la más alta calidad, destinado a una clientela muy exigente.